24 abr 2013

Manifiesto de la Asamblea de los Pueblos del Norte de el Quiché. IV y Final



Nos hemos reunido en Asamblea de los Pueblos del Norte de El Quiché por la necesidad que tenemos las Comunidades y los Pueblos de crear y tomar consensos, acuerdos y decisiones, de poner en orden nuestras palabras para encontrar respuestas y soluciones comunes a nuestros problemas comunes.

Siguiendo el consejo y camino de nuestros abuelos y de nuestras abuelas, consideramos que ha llegado el momento en que las Comunidades y los Pueblos tomemos asambleariamente la palabra. Que es el momento de decir que estamos vivos a pesar de todo lo que históricamente han hecho para hacernos desaparecer como Comunidades y como Pueblos, que ha llegado el tiempo para que Comunidades y Pueblos desarrollemos nuestras vidas y digamos lo que queremos.

Celebramos esta Asamblea de los Pueblos del Norte de El Quiché pidiendo a los gobiernos que terminen con el tiempo del miedo y de la agresión sobre nuestras familias, Comunidades y Pueblos para que comience un nuevo tiempo de Vida para todos.

Es por eso que tomamos la palabra en esta asamblea para decir que el desarrollo que el sistema nos quiere imponer por medio de las empresas no es vida para nosotros, porque promueve la usurpación de nuestras tierras y de nuestros recursos naturales, crea división, odio y muerte, privatiza las políticas públicas de solidaridad y de justicia social, poniendo a las empresas transnacionales y no a los Pueblos como actores fundamentales en la lucha contra la pobreza y el verdadero adelanto de toda Guatemala.

Lo que nosotros queremos es reimpulsar la vida de nuestras Comunidades y de nuestros Pueblos, que son los espacios en donde nace una buena vida o un buen vivir para nosotros. En donde todos los seres que poblamos esta tierra vivamos en armonía y equilibrio. Nuestros sistemas de vidas comunitarias y de Pueblos son de reciprocidad con todo lo que nos rodea. En donde nadie se aproveche del uno sobre el otro. Lo que nosotros buscamos es el “komon”, es decir, vivir juntos y todos juntos tener un buen vivir.  

Por ello:

Exigimos al Estado y al gobierno de Guatemala actuar de acuerdo a la Constitución Política y otros instrumentos nacionales e internacionales de derechos humanos y derechos de los pueblos indígenas, respetando y defendiendo el bien común de los Pueblos sobre el bien particular o empresarial.    

Rechazamos y condenamos el expolio y la usurpación de nuestras tierras, y recursos naturales propiciado por el Gobierno, empresas o particulares en orden a desarrollar sus propios proyectos petroleros, mineros, hidroeléctricos o de mega plantaciones, así como de reordenamientos territoriales, de recursos y de población que empobrecen cada vez más a nuestros Comunidades y Pueblos, tales como: La Franja Transversal del Norte, Petén, Litoral Pacífico, Corredor Interoceánico, Sistema Hidroeléctrico Nacional, Zonas Francas, etcétera.

Rechazamos y condenamos el desplazamiento y desarraigo de grupos, Comunidades o Poblaciones de sus propias tierras de origen para asentar sobre las mismas cualquier tipo de megaproyecto sea hidroeléctrico, minero, de extracción petrolera o de mega plantaciones para agro combustibles. Es por eso que condenamos los desalojos violentos que se están dando en todo el país.

Del mismo modo condenamos las políticas públicas de invisibilización o manipulación de las justas reivindicaciones, luchas y resistencia pacífica de los Pueblos por conservar sus territorios, vidas y recursos naturales, así como la respuesta de los gobiernos a las mismas, criminalizando las luchas sociales, remilitarizando las áreas de donde parten las demandas, persiguiendo política y criminalmente a líderes y lideresas indígenas y no indígenas, así como las ejecuciones extrajudiciales de defensores de derechos humanos que continuamente se van repitiendo en el país.

Pensamos que el regreso al militarismo por parte de los gobiernos para intentar sofocar las justas demandas y reivindicaciones sociales sólo promueve odio, división y muerte.

Rechazamos el acuerdo gubernativo No. 145-2013 por medio del cual el gobierno declara de urgencia nacional y necesidad pública la construcción de las obras contenidas en el Plan de Expansión del Sistema de Transporte de Energía Eléctrica y las obras del Plan de Electrificación Rural, al igual de como lo hizo Carlos Arana Osorio en el año 1970 con el decreto No. 60-70  robando las tierras de las comunidades en donde construyeron la Franja Transversal del Norte.

Este acuerdo violatorio de los derechos de la propiedad privada y comunal de los pueblos, abre las puertas a las compañías transnacionales para que puedan libremente y legalmente usurpar nuestras tierras.

Exigimos al gobierno la restitución inmediata de las tierras usurpadas a las comunidades por la fuerza de las armas durante la represión de la década de los años ochenta, tales como Acul, Tzalbal en Nebaj, Zona Militar de Quiche, Chicoyoguito en Cobán Alta Verapaz, entre otras.

También deben ser devueltas a sus verdaderos dueños para ser cuidadas por los mismos las tierras nacionales y las zonas de Reservas Naturales que ahora son solo una justificación para desarrollar su modelo económico neoliberal, tales como Laguna de Lachuá, Sierra de las Minas, Sierra de Chamá. Reserva de Biosfera de Visis-Cabá, Biosfera Maya en el Petén.

Esta Asamblea condena todos y cada uno de los hechos históricos de genocidio cometidos contra todos nuestros Pueblos, con el fin de usurpar nuestras tierras y bienes y de someter a servidumbre a nuestras Poblaciones.

Esta Asamblea solicita la vigilancia necesaria a las Naciones Unidas y a la Organización de Estados Americanos para que el Estado cumpla con su obligación de defender el derecho de todos sus ciudadanos, ciudadanas, Comunidades y Pueblos.

Esta Asamblea exige a la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) para que asuma sus funciones con objetividad, de ser defensora de las personas, Comunidades y Pueblos y de los derechos que les conceden las leyes nacionales e internacionales suscritas por el Estado de Guatemala.

Manifestamos nuestro total rechazo a las políticas de Estado y de gobierno, por no reconocer las más de setenta Consultas Comunitarias de Buena Fe, las cuales están amparadas en normas nacionales e internacionales que le obligan a reconocerlas. Violando así los derechos colectivos, ancestrales e históricos de los Pueblos y Comunidades.

Muy por el contrario esta Asamblea alienta a todas las Comunidades y Pueblos a expresar su voluntad política por medio de Consultas Comunitarias sobre proyectos y programas oficiales que afecten su propia vida y su futuro, recordándole al Gobierno su obligación de informar y consultar a los Pueblos antes de que sean ejecutados.

Asimismo, recomienda y anima a todas y cada una de las Comunidades y Pueblos a desarrollar y profundizar su propia organización comunitaria, su propio sistema de vida recuperando el valor de lo colectivo, de la diversidad, de lo duradero aunque sea lento, priorizando los procesos de reproducción frente a los de producción para la acumulación de capital.

Dando prioridad al equilibrio frente al crecimiento económico sin límites, no basando nuestros modelos comunitarios en el dinero sino en la construcción de nuestra propia cultura e identidad, retomando la relación con la sagrada tierra y su territorio, su propio gobierno y su derecho a la autonomía y libre determinación.

La Asamblea demanda a las Comunidades y a los Pueblos, no sacrificar sus derechos de autonomía y libre determinación, ni de renunciar al derecho a la resistencia pacífica ante las presiones del dinero y del capital, dado que la resistencia pacífica es un hecho ciudadano garantizado en el Artículo 45 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

Es por ello que la Asamblea pide a todas y todos, a cada una de las Comunidades y Pueblos a profundizar, estudiar, investigar y reflexionar sobre nuestra tierra y nuestro territorio, y declararnos defensores de nuestras Comunidades y de los bienes que son parte de nuestra propia vida y de la vida de nuestra tierra.

Revisando nuestros valores, coloquemos la vida de las Comunidades y de los Pueblos en el centro de nuestra reflexión y experiencia, vinculándonos a la tierra y al territorio, alentando la diversidad, tejiendo fuerzas de Comunidades y Pueblos, juntando entre nosotros los conocimientos que nos acerquen a un buen vivir colectivo, desenmascarando y denunciando el modelo de desarrollo neoliberal que se nos impone.

Miembros y Representantes de Comunidades, Colectivos y Pueblos Ixil, K’iche’, Uspanteko, Sakapulteko, Poqomchi, Q’eqchi, Chuj, Q’anjob’al, Xinka, Ch’orti y Ladino de diferentes regiones y territorios de Guatemala, nos reunimos para realizar esta asamblea de los Pueblos.

En el lugar sagrado de Nebaj, el día Wuqub Ajpu, del Kajlaju Ba’ktun.  
El 20 de abril del año 2013.


AGUA Y TIERRA PARA LOS PUEBLOS
UNA MISMA SITUACIÓN, UNA MISMA RESISTENCIA

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